Este Búho ve el panorama político más movido que Kike Suero brindando con una trepadora cachina chinchana, mientras ve los partidos de los equipos peruanos en la Copa. Por eso, agarro mi ‘Espada del augurio’ de ‘Los Thundercats’, para que me permita ver ‘más allá de lo evidente’ en esta ‘Radiografía Política’ que tanto piden mis lectores.
DINA BOLUARTE. Clamorosa su falta de conexión con la gente y su ausencia de sentido político. En el peor momento de su gestión, cuando la delincuencia asesina aterroriza al país y las encuestas demuestran que nadie la quiere, se le ocurre propiciar su aumento de sueldo a más de 35 mil soles.
Desconectada de la realidad, pues ayer mismo, empleando un tono pechador, volvió a echarse flores ella misma, señalando que está haciendo grandes obras por el país.
GUSTAVO ADRIANZÉN. En la cuerda floja por la masacre de los mineros en Pataz. Se le están volteando en el Congreso, con la excepción del fujimorismo y el acuñismo. Evidencia falta de muñeca, su figura está desgastada y debería dar un paso al costado, pero se aferra al cargo con uñas y dientes, aunque dice que el cargo no le importa.
Intenta asustar al Parlamento hablando de su disolución si aprueban su censura y después el nuevo gabinete no recibe la cuestión de confianza.
CÉSAR ACUÑA. En una de las regiones más atacadas por la violencia criminal, escenario cada cierto tiempo de masacres de mineros por distintas organizaciones delincuenciales, él aparece como un muñeco de torta. Decorativo. No ata ni desata. Anda pensando más en sus próximas vacaciones fuera del país.
Tiene un presidente del Congreso acusado de ser el representante de la sanguinaria y destructiva minería ilegal en Madre de Dios. Se mantiene como sostén del gobierno, del que forma parte con ministros y cientos de funcionarios provenientes de su partido.
KEIKO FUJIMORI. Es señalada como la titiritera detrás del gobierno. Mantiene perfil bajo, pero su bancada en el Congreso habla por ella. Se encarga de sostener a este régimen. Es casi seguro que volverá a lanzarse a la presidencia, aunque en segunda vuelta las encuestas la ponen nuevamente como perdedora. El principal peligro para el país es que, en ese escenario, llegue a Palacio un radical que sueñe en convertir al Perú en Cuba, Venezuela o Bolivia.
PHILLIP BUTTERS. Está emergiendo como la postura radical conservadora de derecha. Busca posicionarse con una imagen fuerte, al estilo Bukele, para captar los votos de quienes exigen mano dura contra la delincuencia.
En la carrera por el sillón de Pizarro, no tiene ningún problema en marcar distancias de su tío ‘Porky’ López Aliaga, al que se refiere hasta con un tono de desdén. Sabe comunicar y tiene un estilo confrontacional. Apago el televisor.
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